A veces en mi país y en el mundo suceden vainas que, quizás ahora no sean vistas como la gran cosa, pero dentro de un par de años puede marcar la historia de cierta manera. A veces de forma subjetiva interpreto estos sucesos porque repercuten en el desarrollo de la sociedad en mi nación, y muchas veces intento verlo de manera objetiva y abrir mi mente a otras opiniones y analizo las diferentes posibilidades, con tal de llegar a un acuerdo que beneficie a la mayoría.

Política, vegetarianos, religión, aborto, matrimonio gay… Siempre serán temas polémicos, que sacan lo mejor o lo peor de las personas; y, a pesar de que nadie quiere hablar de ellos (porque eso significa quedarte sin amigos), necesitamos de sucesos que tengan que ver con estos temas para darnos cuenta cómo está nuestra sociedad. No podemos ignorar simplemente lo que sucede a nuestro alrededor, debemos ir con la corriente sea como sea.

A veces existen comentarios (y los mismos son influenciados por religión, costumbres, política y ética) de falsos eruditos retrógradas sin oficio detrás de un dispositivo, que, en lugar de dar un buen argumento, critican cada cosa y todo les parece malo. No hay que prestar mayor atención a estas personas porque en definitiva sólo existen para colmar la paciencia de quiénes tienen un criterio formado y una opinión veraz y objetiva. Te atacan sin rechistar pensando que ganarán una discusión con insultos o la favorita de muchos: poner a la Biblia como respuesta absoluta.

Existen muchos baches en la historia de Panamá, muchas preguntas que surgirían si se brindara en las escuelas la información necesaria que abriría el paso a la curiosidad. Debe ser parte del patriotismo educar de forma integral sobre cómo llegamos a ser la nación que somos; no eso de apoyar a la Selección de Fútbol de Panamá cuando gana (porque cuando pierde, los condenan a muerte). A nivel cívico y regional también existe mucha ignorancia, y duele que esto sea un mamotreto ideado por los gobernantes, encaminándonos a una falta de cultura y control mental sobre las mayorías.

Investiga, lee, conversa con tus padres y compañeros de trabajo mayores que tú, busca varias fuentes y referencias, ¡haz algo más! ¡No te quedes con lo que te dice la televisión, o Facebook o Internet! No te quedes sólo con la prensa rosa actual que parece una cacería de brujas a ‘famosos’ del patio en redes sociales, ¡eso no es noticia!. No te quedes con el bochinche y piensa por un momento que ellos también son personas y que esa mala atención puede abrumarles (aunque hayan algunos que parece gustarles).

Las personas por naturaleza quieren avanzar, tener más y mejores cosas… Pero tú céntrate en el ser, en el saber, en el hacer; y todo lo que aprendas, debátelo, compártelo… No hay nada más fascinante que intercambiar conocimiento ya que te enriquece como persona y como ser humano.