Un hashtag referente a un cántico que todos los panameños coreamos cada vez que juega nuestra selección nacional de fútbol. Una voz de aliento a nuestros muchachos, y quizás a nosotros mismos, que alimentamos minuto a minuto la pasión por ver representados nuestros colores en nuestros deportistas.
Un grito de guerra de panameños apasionados que denota apoyo incondicional a una Selección de altas y bajas, con un técnico odiado, una organización paupérrima y casi inexistentes instalaciones deportivas. Sí, eso es apoyar a Panamá, no sólo en el fútbol, sino en cualquier deporte.
El deporte distrae, alegra, une a las masas y las emociona… Todos olvidamos nuestros problemas y diferencias cuando juega Panamá y, en cada fatídico encuentro, vivimos la esperanza de gritar de alegría al ganar, o en casos menos desafortunados, empatar.
Hemos vivido un sueño: desde aquel 10 de octubre que clasificamos a la Copa del Mundo, nos sentimos orgullosos de todo lo que logramos hasta ese momento, y sin saber lo que venía, nos aventuramos en esto que llamamos Mundial y que veíamos como algo imposible, ya era una realidad.
Yo trabajo en un canal deportivo, en el que ya se han transmitido mundiales anteriormente, pero ninguno con Panamá e incluso para nosotros fue una nueva experiencia. El 18, 24 y 28 serán días que como panameños recordaremos y nadie nos quitará la emoción y la felicidad de cantar el himno nacional en una Copa del Mundo.
Creo fervientemente que debemos quedarnos con esto, siendo una nación con mucho por hacer deportivamente hablando y que contamos con esta oportunidad para darnos cuenta que hay muchísimo más por lo cual aspirar y que debemos trabajar desde ya para el próximo ciclo.
Lejos de hacer críticas y desprestigiarnos a nosotros mismos, deberíamos pensar en los futuros jugadores que nos representarán próximamente. En que tuvieron una buena participación y que también tienen experiencia mundialista. En que no podemos hacer menos de lo que ya hemos logrado y que deberíamos estar orgullosos de ellos por atreverse a representarnos con todo y nuestras fallas.
Veamos con optimismo todo lo que viene para el fútbol panameño, ya sabemos lo que podemos obtener, con paciencia y perseverancia, así que nos toca esforzarnos mucho más para lograr cosas más extraordinarias.