Todos somos humanos, ante la ley y ante Dios todos somos iguales. Tenemos los mismos derechos, gozamos de los mismos beneficios y debemos cumplir con los mismos deberes. También el mundo es sabio y equitativo en cuanto a repartir bonanzas y desgracias. O a veces se pasa de verga con algunos individuos y el karma parece tardarse un poco para aquellos que merecen algo de su propia medicina.
No hay que culpar a Dios o a la naturaleza de que algunas veces existen personas que crean, ya sea de forma inconsciente o no, que valen mucho más que los demás. Que su ego sea el principal motor de sus pésimas acciones y que en definitiva no midan su ineptitud y estupidez. Quizás esas personas ni siquiera se dan cuenta del daño que hacen con su indiferencia, su silencio o sus acciones. Tampoco con su pobre accionar, sus palabras vacías y sus falsas promesas.
Puede parecer injusto que existan personas así, sí, pero es más doloroso cuando amas a alguien que se convirtió en esto: una persona ególatra y que sólo piensa en su propio bienestar únicamente. Sin darte cuenta, sin mayores explicaciones y sin avisar, la persona que menos creíste que te haría llorar, ahora es el verdugo responsable de esas lágrimas.
Cómo cambian las cosas tan repentinamente… O tal vez ya estaban cambiando y ni siquiera te diste cuenta porque estabas ensimismado en una fantasía que parecía no tener final. Pero sí, termina y nos quedamos sin qué hacer, sin qué decir, queriendo responder preguntas que sacien esa sed de respuestas, que al final son más simples pero siempre acostumbramos a complicar todo.
No te quiere de verdad. Tan simple como eso. Nunca te quisieron como querías que fuera, nunca iba a ser posible ni aunque juntaras todas las Esferas del Dragón. Ni aunque pensaras que tu amor iba a ser suficiente para convencerlo o convencerla de quedarse contigo. Y aunque es desgarradora la idea de tener que arrancarte ese sentimiento del pecho, es lo que tienes que hacer por amor a tí mismo.
Porque ya no puedes desperdiciar más energía en alguien que no te tiene en su cabeza, que ni siquiera hace el esfuerzo por aparentar que le importas, precisamente porque eres lo último en lo que está pensando. Suena horrible pero es el primer paso para desarrollar una coraza que te proteja y que te enseñe a proteger tu corazón de futuras decepciones.
Porque ahora es el momento de enfocar toda la energía que tengas en alimentar tu amor propio y sin darte cuenta, solo ese amor desplazará completamente toda decepción en tu vida y te permitirá sanar el corazón, y forjarlo para sentimientos más genuinos y profundos, por alguien que encontrará lo mismo en tí y te corresponderá.