Una pausa para continuar…

Para continuar primero hay que tomar un descanso.

Día número N de mi cuarentena, en casa haciendo teletrabajo, refugiándome en una rutina implantada Obligatoriamente pero que he sabido tomarle cariño y que ahora disfruto, sobre todo en mis pausas. Rutina que tienen muchas personas también pero que no debería envidiarse, porque estar en casa tanto tiempo también abruma, sobre todo en mi caso que debo cuidar a mi abuela y también cuidar mi condición: Crisis aleatorias de rinitis crónica.

Leer más »

-¿Todo bien?

-Sí, no te preocupes… Sólo soy yo y mis cosas.

-Bueno… Espero que estés mejor de verdad y logres descansar bien…

Bien… todo está bien… todo lo que estoy viviendo está más que bien y me encanta. Por fin me siento tranquila, en paz conmigo misma y con todo lo que me rodea. Por fin puedo decir que estoy viviendo una tranquilidad auténtica y mis sonrisas espontáneas lo corroboran.

Por fin puedo decir que son más las lágrimas que salen por alegría que por tristezas o preocupaciones, que al fin y al cabo se pueden resolver. Incluso puedo sentir que soy yo misma y que no debo fingir en lo absoluto para caerle bien a nadie, porque las personas que tengo en mi vida me aceptan como soy y además, ¡les encanta mi manera de ser!

Por fin puedo sentir que valgo mucho, que soy única y que puedo seguir mejorándome mucho más… Que no tengo sino cosas buenas que ofrecer al que se me atraviese en el camino y eso me llena de tanta tranquilidad. No tengo energía para dar malas vibras a los demás.

Finalmente puedo decir que estoy en mi mejor momento, que luego de tanto buscarme a mí misma y encontrar todo lo maravillosa que puedo llegar a ser, no hay nada ni nadie que, consciente o inconscientemente me vaya a hacer sentir mal o a detener.

Aunque a veces tengo miedo, sí… tengo miedo que todo esto que he construído se desmorone, quizás por una o más decepciones, o por mí misma. Que toda esta felicidad sea momentánea, porque en un momento mi statu quo era solo drama y tristeza, y no quiero volver a ello nunca más…

No quiero ser más esa persona sumisa y triste que dependía mucho emocionalmente de alguien. Me gusta más esta versión de mí y me he encariñado tanto con ella que no quiero soltarla. Puede que exista alguna que otra decepción en mi vida y me da miedo, pero debo utilizar todo esto que he construído para consolarme a mí misma, empoderarme y seguir adelante, si así sucede.

IMG-5416

Pero tampoco quiero pensar en lo malo, sino en todas las cosas buenas que me están sucediendo, que a veces no me las creo, pero que debería empezar a abrazar y a mantenerlas conmigo, para así darme cuenta que esto es lo que realmente estaba buscando en todos esos momentos que me sentía desconsolada y perdida.

Pero ya no me siento así, me siento en paz, tranquila y sobre todo siento que estoy en el lugar correcto y que no debo tener miedo en absoluto. Siento solo amor en mi corazón y eso me hace sentirme bien… porque está todo bien.

Fortaleza Femenina

Después de pasar un calvario invisible para el resto del mundo, he decidido comenzar a tomar conciencia de ello: dejar de sentir vergüenza, culpa autocompasión y sobre todo miedo. Sí, miedo a las consecuencias de algo que, en primera instancia, no era mi culpa sino algo que me mandó la naturaleza. No sé si fueron mis genes, mi negligencia o simplemente un escarmiento para cuidar más mi cuerpo.

Leer más »

Tú no me amaste…

Luego de escribir la carta A mis Amores Fallidos he seguido reflexionando, a veces mirando a la nada buscando un maldito sentido de mis acciones, a veces escribiendo letanías en mi diario personal, a veces refugiándome en la música.

Y como en cada duelo, existen varias etapas, creo que luego de tantos descensos, al chocarme con el suelo me he revolcado en el fango de mi propia ignorancia motivada por mi amor incondicional. Y qué tonta e ilusa fuí…

Fui una tonta porque todos e incluso tus propias acciones me advertían de que estaba haciendo mal al ser demasiado condescendiente contigo. Porque recuerdo con claridad todas las veces que me rechazaste, me silenciaste y me dejaste a un lado. Cuando me hiciste llorar tratándome mal sólo por tu inseguridad, cuando era la única persona dispuesta a salvarte…

Y lo peor es que seguí ahí, aguantando, perdonándote y excusándote, porque yo misma justificaba tus acciones, poniendo en tela de duda mi amor propio.

Tú no me amaste, tú amaste una idea que tenías de mí: quisiste llevarla a cabo, porque cada vez que era yo misma y no lo que querías que fuera, te frustrabas, me tratabas de estúpida y yo me sentía peor que una mierda.

Tú no me amaste, tú amaste ser amado a como diera lugar: amaste imponer tu personalidad y ser un patán desde el principio y te aprovechaste de mi vulnerabilidad para apoderarte de mis sentimientos.

Tú no me amaste, tú amaste tener autoridad: sólo estuviste en tu zona de confort y me convencías muchas veces de hacer sólo lo que tú quisieras. Porque no tenías reparo en rechazar mis intenciones e imponer las tuyas, haciéndome creer que estuvieras siempre en lo correcto.

Tú no me amaste, tú te amaste a tí mismo.

A mis Amores Fallidos…

¿Por qué agruparlos en un sólo artículo? ¿Quieres copiarte de Ariana Grande con su thank u, next? Quizá sí, pero sólo ellos saben quiénes son y por momentos fueron parte de mi inspiración para hacer de todo en mi vida.

¡Cómo el amor nos inspira!, nos hace sacar sentimientos que nunca nos fueron familiares. Que nacen muy profundamente en el corazón y se reflejan en las acciones que por pura convicción realizamos sin esperar nada a cambio. Sí, suena muy idealista e incluso imposible, y no te culpo si así lo ves… Hasta hace poco mi pensamiento se redujo a eso también.

Leer más »

Amor y control… propio.

Sí, tenía tiempo sin escribir… Me ocupé demasiado en mi día a día, en cumplir tareas a corto y mediano plazo; en buscar un porqué y apostar todo de mí: todo mi talento, mi ingenio, mi creatividad y mi tiempo en lo que hasta hace poco consideraba mis sueños. Sí, tuve varias veces un golpe de realidad en donde veía que ese «sueño», podría ser perfecto pero era poco sostenible. Intenté abrirme paso profesionalmente pero aún no cosecho los frutos que yo esperaba, pero por lo menos me queda la siembra de experiencia.

También aposté a realizar actividades nuevas y a cuidar mucho más mi organismo, después de todo ya tengo todo menos cuerpo de niña y, por mi escasa estatura, debo cuidar lo que hay entre mi cabeza y mis pies. Me alimento mejor y he desarrollado hábitos que también son relajantes para mí: el ejercicio, la natación, la caminata, comer más sano y cuidar mi piel.

He encontrado varios motivos de ser, de sentirme tranquila conmigo misma y sentir sobre todo que estoy haciendo algo por mí. Dejando fuera a otras personas por muy valiosas que sean, no las he desplazado pero sí me he manejado con mi propia convicción, y me siento bien porque planifico mucho mejor ya que soy yo misma la persona con la que paso más tiempo a solas.

Desde antes de acostarme, sin darme cuenta, planifico mi día siguiente: si tengo que acomodar la ropa de la piscina y levantarme para irme con mi madre; si me conviene más hacer ejercicios en casa y esperar a mi padre para irme con él. Cuánto tiempo me tomará llegar, ejercitarme, bañarme, alistarme e irme a trabajar. Si mejor sería hacer ejercicios después del trabajo… Ya todo lo hago inconscientemente.

Y en medio de esas actividades está el más puro ocio: ver videos en Youtube, interactuar en twitter, ver memes en Facebook, aprenderme canciones mientras voy en el bus camino a mi trabajo o casa… Mantengo mi mente ocupada en cosas que al fin y al cabo me relajan, y aunque sean un ‘guilty pleasure’, sé que mi mente descansa en esos pequeños lapsos.

He intentado lograr un equilibrio en todo lo que hago diariamente, que a veces cuando ciertas cosas no suceden como quiero, me enojo o me pongo triste. Antes cometía el error de forzarlas y de odiarme a mí misma por no planificar. Ahora planifico y, aunque me sienta triste, trato de continuar con mi día, pero quedo con esa espinita.

Aprendí a planificar mi día a día gracias a mi novio, de quién se me pegó un poco esa metódica, quizás exagerada para mi gusto, que antes tenía. Él también forma parte, al igual que mi familia, de esas actividades diarias, que antes eran prácticamente mi prioridad. Él tampoco tiene toda la culpa de mi forma de realizar mis actividades, yo he dejado que me influya de manera positiva y hasta el momento me ha resultado.

Quizá en otro artículo pueda desmenuzar todo lo que eso significa…

Luego de tener una semana en pausa por mi periodo, he notado la falta que me han hecho todas estas actividades… Hasta he sentido que he engordado, aunque mi novio y varios amigos me han dicho que me veo un poco más flaca. No tengo una meta específica, simplemente quiero seguir manteniendo ese equilibrio que me permite sentirme bien conmigo misma física y mentalmente.

Sentimientos Encaminados

Son las 5:35 p.m. cuando empiezo a escribir esta entrada desde mi hamaca contemplando el atardecer mientras escucho mis dedos golpeando el teclado, algunos pajaritos haciendo algún tipo de canto de apareamiento, y a los chacales que juegan en la cancha de ‘el lado oscuro’ del Sector 10 de La Cabima.

Hacía mucho tiempo que no llegaba tan temprano a casa luego de un día de trabajo… Lo cual, a pesar del sueño terrible que tengo, es una oportunidad para escribir sobre mi propia recuperación, por lo menos hasta que oscurezca y encienda las luces de Navidad de las ventanas.

Leer más »