Retrospectiva del 2021

Al escribir las primeras líneas de este artículo, no sabía cómo llamarlo, pero como muy pocas veces digo: «lo dejaré fluir». En fin… es diciembre de 2021, pronto cumpliré 26 años y hay pensamientos rondando mi mente cada vez más, los que en algún momento fueron extraños para mí, ahora son usuales y realmente no sé si está bien o mal aunque sea hablar un poco sobre el futuro.

He dejado de sentir miedo, quizás porque la incertidumbre es cada vez menor. Estamos saliendo de esta maldita pandemia y lo que siento realmente es que lo peor ya pasó. Es una palmadita en la espalda recordar que «si sobreviví al 2020, puedo sobrevivir a lo que sea», aunque eso no represente ni el 5% del calvario que vivieron otras personas. Pero no profundizaré sobre cosas por las que no pasé solo para hacerme la altruista.

Definitivamente que cada una de esas experiencias vividas en el 2020 me hicieron crecer y sentir que pasaron como 3 años en uno. Lloré demasiado, tuve dolor mental, emocional y físico pero al mismo tiempo, tuve a mi familia siempre conmigo. Mi única conclusión es que «Dios no da con las dos manos», y al recordar todo eso, hubiera preferido que fuera así.

Todo eso también me enseñó a tener paciencia y empatía, la cual sigo trabajando por sacar en los momentos necesarios y dejar de ser una maldita perra cuando veo que las cosas no salen como quiero. He sido más prudente y en el proceso, me pregunto si es necesario decir absolutamente todo lo que pienso por un arranque de rabia, todo esto mientras salgo de la escena y me desaparezco. Debo reconocer que muchas veces se ha reducido a una fuerte inspiración y a una todavía más fuerte exhalación y de nuevo me doy otra palmadita en la espalda porque me ha evitado sentirme mal más adelante por soltar mi veneno innecesariamente.

Algo que me hace falta mejorar es esa predisposición, a veces absurda, de querer hacer todo a la perfección. Quizás el hecho de trabajar por tantos años en televisión me hace tener en el subconsciente esa frase de «si no lo vas a hacer bien entonces no lo hagas». Este pensamiento ha activado mi ansiedad de la cual tengo sentimientos encontrados porque es «buena» y me hace querer dar el 110%, pero me hace daño emocionalmente, porque odio equivocarme y físicamente porque me tensa el trapecio y los hombros.

En fin… Ya el 2021 terminó y asimismo debo concluir este artículo. Este fue un año de aprender y desaprender muchas cosas que creí saber y conocí e interioricé muchas otras que nunca pensé que podía llegar a descubrir. Sigo transformándome, sigo mejorándome mas no perfeccionándome. Si bien es cierto tengo ese afán estúpido porque todo sea perfecto, pero como ya dije, debo mejorarlo en este 2022. Debo dejar muchas cosas y recibir muchas otras mejores cosas.

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